En este artículo, exploraremos en profundidad las diversas metodologías para el transporte de hidrógeno, desde los gasoductos hasta los innovadores portadores químicos. Analizaremos sus principios operativos, costes, eficiencia, niveles de madurez tecnológica (TRL) y los desafíos inherentes, como la seguridad y la pureza.
Además, examinaremos los proyectos estratégicos y el marco regulatorio que están configurando el futuro de la logística del hidrógeno en España y Europa, un componente crucial para materializar la economía del hidrógeno y alcanzar nuestros objetivos de descarbonización.
Les invitamos a sumergirse en este análisis exhaustivo para comprender cómo se está construyendo la infraestructura del mañana y cómo pueden prepararse para los cambios y oportunidades que el hidrógeno renovable traerá a la industria. Descubran las claves que definirán el éxito en la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible.
EL TRANSPORTE DE HIDRÓGENO EN 30 SEGUNDOS
El transporte de hidrógeno es un pilar fundamental para la transición energética global, empleando una variedad de métodos como gasoductos dedicados o reconvertidos, camiones cisterna para hidrógeno comprimido o líquido, y buques para el comercio intercontinental. Innovaciones clave en portadores energéticos como el amoníaco y los líquidos orgánicos (LOHC) buscan superar los desafíos de coste, densidad energética y manejo.
Este desarrollo se ve impulsado por proyectos estratégicos a gran escala, como H2Med y el European Hydrogen Backbone, y un marco regulatorio en evolución que busca garantizar la seguridad, la interoperabilidad y el fomento de esta infraestructura vital para una economía baja en carbono.
¿CÓMO SE TRANSPORTA EL HIDRÓGENO?

El hidrógeno puede transportarse en diferentes estados y formas, dependiendo de la distancia, el volumen y la aplicación final.
Por su naturaleza y propiedades únicas (especialmente su baja densidad energética volumétrica) lo hacen más complejo de transportar que los combustibles fósiles tradicionales. Por ello, se están desarrollando y utilizando diversas metodologías, cada una con sus propias ventajas y desafíos.
HIDRÓGENO GASEOSO COMPRIMIDO (CGH2)
El método más común para distancias cortas y medianas es el transporte de hidrógeno en estado gaseoso a alta presión.
- Camiones de Tubos (Tube Trailers): Consisten en remolques equipados con múltiples cilindros de acero interconectados, donde el hidrógeno se almacima a presiones que van desde 200 hasta 700 bar. Son ideales para volúmenes pequeños y medianos, y para llegar a puntos de consumo específicos no conectados a una red de tuberías.
- Tuberías (Gasoductos): Para mover grandes volúmenes de hidrógeno a largas distancias, las tuberías son la opción más eficiente y económica. Existen dos enfoques principales:
- Tuberías Dedicadas: Construcción de nuevas infraestructuras específicamente diseñadas para el hidrógeno, garantizando la pureza y evitando la fragilización de los materiales.
- Reutilización de Gasoductos Existentes: Adaptación de gasoductos de gas natural para transportar hidrógeno puro o mezclas de hidrógeno y gas natural. Esto reduce la inversión inicial, pero requiere evaluar la compatibilidad de los materiales y puede limitar el porcentaje de hidrógeno en la mezcla.
HIDRÓGENO LÍQUIDO (LH2)
Para transportar grandes volúmenes de hidrógeno a muy largas distancias, especialmente por mar, el licuado es una alternativa eficiente en términos de espacio.
- Licuefacción Criogénica: El hidrógeno se enfría a temperaturas extremadamente bajas (aproximadamente -253 °C) hasta que se licúa. Este proceso consume una cantidad significativa de energía, pero el hidrógeno líquido ocupa mucho menos volumen que el gaseoso, lo que permite transportar una mayor cantidad en un solo envío.
- Transporte en Cisternas y Buques Criogénicos: El LH2 se transporta en camiones cisterna criogénicos para distancias terrestres y en buques especializados con tanques criogénicos para el transporte marítimo internacional. Los buques para LH2 son complejos y costosos, pero son esenciales para el comercio global de hidrógeno.
PORTADORES DE HIDRÓGENO
Dada la complejidad del transporte de hidrógeno puro (ya sea gaseoso o líquido), se están explorando y desarrollando portadores químicos que facilitan su manejo y almacenamiento. Una vez en destino, el hidrógeno se libera de estos portadores.
- Amoníaco (NH3): El amoníaco es una molécula que contiene tres átomos de hidrógeno por cada átomo de nitrógeno (NH_3). Es más fácil de licuar y transportar que el hidrógeno puro (requiere -33 °C y presión atmosférica en lugar de -253 °C). Se puede transportar en buques cisterna de amoníaco existentes y, en el destino, se «descompone» para liberar el hidrógeno o se usa directamente como combustible.
- Portadores Orgánicos Líquidos de Hidrógeno (LOHC): Son compuestos químicos que pueden absorber y liberar hidrógeno de forma reversible a través de reacciones catalíticas. El LOHC cargado con hidrógeno (por ejemplo, metilciclohexano a partir de tolueno hidrogenado) es un líquido estable a temperatura ambiente y presión atmosférica, lo que permite su transporte con infraestructuras similares a las de los combustibles líquidos convencionales. En el destino, el hidrógeno se libera mediante un proceso de deshidrogenación.
- Metanol (CH_3OH): Similar al amoníaco y los LOHC, el metanol es otro compuesto que puede servir como portador de hidrógeno, siendo más fácil de transportar que el hidrógeno puro y permitiendo su posterior extracción.
¿POR QUÉ SE TRANSPORTA EL HIDRÓGENO?

La principal necesidad de transportar hidrógeno surge de una combinación de factores económicos, geográficos y de eficiencia
Las fuentes de producción de hidrógeno óptimas no siempre coinciden geográficamente con los centros de consumo.
- Producción Concentrada: El hidrógeno «verde» (producido con energías renovables) se genera de manera más eficiente en ubicaciones con abundantes recursos renovables (solar, eólica), que a menudo están lejos de los grandes centros urbanos e industriales. Por ejemplo, vastas extensiones desérticas con alta irradiación solar o zonas costeras con fuerte viento son ideales para la producción a gran escala, pero carecen de la demanda local suficiente.
- Demanda Distribuida: La demanda de hidrógeno se extiende por múltiples sectores y geografías: desde grandes complejos industriales (siderurgia, química, refinerías) que requieren hidrógeno como materia prima o combustible, hasta estaciones de repostaje para vehículos de pila de combustible en ciudades, o para la cogeneración en edificios. Estos puntos de consumo están dispersos y no siempre cerca de las fuentes de producción más rentables.
- Economías de Escala en la Producción: La producción de hidrógeno verde es más eficiente y rentable a gran escala. Esto implica construir grandes plantas de electrólisis en ubicaciones específicas, lo que genera un excedente de hidrógeno que debe ser transportado a los diversos puntos de consumo.
El transporte de hidrógeno es crucial para su papel como vector energético y como facilitador de la transición energética.
- Almacenamiento de Energías Renovables: El hidrógeno sirve como un excelente medio para almacenar el excedente de energía renovable (de parques solares o eólicos) que se genera cuando la producción supera la demanda de la red. Una vez almacenado, este hidrógeno puede ser transportado y utilizado cuando y donde sea necesario, desacoplando la generación de la demanda.
- Descarbonización de Sectores «Difíciles de Abatir»: Industrias como la siderúrgica, cementera, química, y el transporte pesado (camiones, trenes, barcos, aviones) son difíciles de descarbonizar directamente con electricidad. El hidrógeno puede reemplazar los combustibles fósiles en estos sectores, pero para ello, debe ser transportado desde los lugares donde se produce de manera sostenible.
- Comercio Internacional de Energía: A medida que la economía del hidrógeno madure, el hidrógeno se convertirá en una mercancía global, lo que requerirá su transporte a través de fronteras y continentes, similar al comercio actual de petróleo o gas natural. Países con gran potencial de producción de hidrógeno (por ejemplo, aquellos con muchos recursos renovables) podrán exportarlo a países con alta demanda pero menos capacidad de producción.
LA IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE LA LOGÍSTICA DEL HIDRÓGENO EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
El hidrógeno, especialmente el hidrógeno renovable o verde, se ha consolidado como un vector energético fundamental en la estrategia global de descarbonización. Su capacidad para almacenar energía procedente de fuentes renovables y su uso en sectores difíciles de electrificar directamente lo convierten en una pieza clave.
Sin embargo, para que el hidrógeno despliegue todo su potencial, es imprescindible desarrollar una cadena de suministro robusta y eficiente, donde el transporte juega un papel crítico. Esta sección abordará por qué la logística del hidrógeno no es un mero detalle técnico, sino un pilar estratégico para la transición energética, especialmente en el contexto de las ambiciones de España y Europa.
El hidrógeno renovable, aquel producido mediante electrólisis del agua utilizando electricidad de fuentes renovables, se caracteriza por no generar emisiones de dióxido de carbono ni durante su producción ni en su aplicación final, donde su combustión o uso en pilas de combustible produce únicamente agua.
Esta cualidad lo posiciona como una herramienta esencial para descarbonizar sectores donde la electrificación directa es compleja o inviable. Su versatilidad es notable, pudiendo emplearse en la industria (como materia prima o fuente de calor), en el transporte pesado (marítimo, aviación, camiones de larga distancia), en la generación de electricidad y calor para edificios, e incluso para estabilizar las redes eléctricas mediante el almacenamiento de energía.
Comprendemos que sin una forma viable y económica de trasladar el hidrógeno desde sus centros de producción hasta los consumidores finales, su impacto transformador quedaría severamente limitado. A menudo, las zonas con mayor potencial para la producción de hidrógeno verde, ricas en recursos solares o eólicos, se encuentran alejadas de los grandes núcleos industriales o urbanos donde se concentra la demanda. Por lo tanto, la cadena de valor del hidrógeno no puede concebirse sin un eslabón de transporte eficiente.
La eficiencia y el coste asociados al transporte de hidrógeno son, de hecho, factores determinantes para su competitividad frente a otras alternativas energéticas, tanto fósiles como renovables. Una logística optimizada no solo reduce el precio final del hidrógeno entregado, sino que también minimiza las pérdidas energéticas y la huella de carbono asociada a su movimiento.
Solo a través de una logística bien estructurada podremos habilitar una verdadera economía del hidrógeno a escala, permitiendo que este vector energético fluya con la misma naturalidad y disponibilidad que hoy lo hacen otros combustibles, pero con la crucial diferencia de su sostenibilidad.
En este contexto, tanto España como la Unión Europea han establecido objetivos sumamente ambiciosos para la producción, importación y consumo de hidrógeno renovable en las próximas décadas. España, gracias a su vasto potencial en energías renovables, particularmente solar, aspira a convertirse en un importante centro de producción (hub) de hidrógeno verde, con capacidad no solo para autoabastecerse sino también para exportar a otros países europeos.
Esta ambición se refleja en la actualización de sus Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC), donde el objetivo de capacidad instalada de electrolizadores para la producción de hidrógeno verde se ha incrementado considerablemente, pasando de una previsión inicial de 4 GW a 11 GW para el año 2030.
A nivel europeo, la estrategia es igualmente decidida. Iniciativas como el plan REPowerEU y el paquete legislativo «Fit for 55» buscan, entre otros objetivos, asegurar el suministro de hidrógeno renovable y crear un mercado europeo integrado y líquido. La Unión Europea se ha fijado la meta de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable e importar otros 10 millones de toneladas para 2030. Es evidente que la materialización de estos planes, tanto nacionales como comunitarios, depende intrínsecamente de la capacidad de desarrollar y operar infraestructuras que permitan transportar grandes volúmenes de hidrógeno de manera eficiente y segura, incluso a través de las fronteras.
La viabilidad de la denominada «economía del hidrógeno» no se sustenta únicamente en la capacidad de producir hidrógeno verde a bajo coste. De forma aún más crítica, depende de la capilaridad, la eficiencia y la robustez de las redes de transporte y distribución que lo hagan llegar al usuario final. Sin esta infraestructura, el hidrógeno corre el riesgo de quedarse como una solución de nicho, aplicable solo en contextos muy localizados, en lugar de convertirse en el vector energético transformador que todos esperamos.
Los costes asociados al transporte pueden representar una fracción significativa del coste final del hidrógeno entregado al consumidor , por lo que si estos son demasiado elevados, el hidrógeno verde no podrá competir eficazmente con otras fuentes de energía. Esto subraya que la inversión y la innovación en métodos de transporte eficientes y escalables son tan cruciales como la reducción de costes de los electrolizadores o la expansión de la generación de energía renovable.
Las ambiciones políticas, como las mencionadas para España y la UE, actúan como un poderoso motor para la innovación y la inversión en estas infraestructuras de transporte. Sin embargo, esta misma ambición genera una presión considerable para desarrollar soluciones a gran escala de forma rápida. Esta urgencia, motivada por la crisis climática y los plazos políticos, puede llevar a considerar y adoptar soluciones como la reconversión de gasoductos existentes de gas natural para el transporte de hidrógeno.
Esta opción es atractiva porque puede ser más rápida y menos costosa que construir hidroductos completamente nuevos desde cero. No obstante, la reconversión no está exenta de desafíos técnicos significativos, como el fenómeno de la fragilización por hidrógeno en los aceros de las tuberías o la necesidad de adaptar o reemplazar componentes como compresores y válvulas.
Esto plantea un delicado equilibrio entre la velocidad de despliegue necesaria para cumplir los objetivos y la imperiosa necesidad de garantizar la seguridad, la fiabilidad a largo plazo y la eficiencia de las infraestructuras. Este escenario, a su vez, podría generar un mercado para soluciones avanzadas de monitorización, mantenimiento predictivo y gestión de la integridad de activos para estas infraestructuras reconvertidas.
MÉTODOS ACTUALES PARA EL TRASLADO DE HIDRÓGENO Y SUS PRINCIPIOS OPERATIVOS
Para materializar la visión de una economía basada en el hidrógeno, es crucial comprender las diferentes tecnologías disponibles para su transporte. Cada método presenta particularidades en cuanto a su estado de agregación (gaseoso, líquido o integrado en portadores químicos), la infraestructura requerida y las distancias y volúmenes para los que resulta más adecuado.
A continuación, exploraremos los principales sistemas de transporte de hidrógeno, detallando sus principios operativos y características fundamentales que como profesionales del sector debemos conocer.
TRANSPORTE DE HIDRÓGENO POR CARRETERA: FLEXIBILIDAD PARA DISTINTAS ESCALAS
El transporte por carretera ofrece una solución versátil y relativamente rápida de implementar para la distribución de hidrógeno, especialmente en las etapas iniciales de desarrollo del mercado o para abastecer puntos de consumo dispersos.
Nos permite llegar donde las tuberías aún no existen, adaptándonos a diferentes volúmenes y distancias, lo cual es fundamental para fomentar la capilaridad del suministro en las primeras fases de adopción.
- Hidrógeno Gaseoso Comprimido (CGH2) en Camiones:
- Principio y Tecnología: Este método consiste en comprimir el hidrógeno gaseoso a altas presiones, típicamente en un rango que va desde los 200 hasta los 500 bares (bar), aunque algunos sistemas más avanzados pueden alcanzar presiones superiores, llegando incluso a los 540 bar o más. El hidrógeno comprimido se almacena y transporta en recipientes cilíndricos de alta resistencia, comúnmente denominados «tubos», que se montan sobre remolques especiales conocidos como «tube trailers». Tradicionalmente, estos tubos se fabricaban en acero, pero para optimizar la carga útil y reducir el peso total del vehículo, se utilizan cada vez más materiales compuestos ligeros, como los reforzados con fibra de carbono.
- Capacidades y Presiones: La capacidad de carga de un camión de CGH2 está intrínsecamente limitada por la baja densidad del hidrógeno, incluso cuando se encuentra a altas presiones. Un remolque de «tube trailer» típico puede transportar una cantidad de hidrógeno que oscila entre los 500 kilogramos (kg) y aproximadamente 1.100 kg. Documentos técnicos, como el , mencionan modelos específicos de «tube trailers» con capacidades que pueden llegar hasta los 1.200 kg de hidrógeno a presiones de 540 bar.
- Ventajas: Consideramos que el transporte de CGH2 por carretera es una opción altamente flexible, especialmente adecuada para cubrir distancias cortas o medias (generalmente hasta unos 500 kilómetros) y para suministrar volúmenes de demanda que van de pequeños a medianos. Es una solución idónea para el abastecimiento inicial de estaciones de repostaje de hidrógeno (hidrogeneras) o para usuarios industriales con consumos moderados y dispersos. Además, un aspecto relevante es que, para distancias cortas, el transporte de hidrógeno comprimido presenta menos emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al propio transporte en comparación con el hidrógeno licuado, debido al menor consumo energético del proceso de compresión frente al de licuefacción.
- Limitaciones: La principal desventaja radica en la baja capacidad de carga por viaje, lo que incrementa significativamente el coste por kilogramo de hidrógeno transportado a medida que aumentan las distancias, debido al mayor número de viajes necesarios y al consumo de combustible de los camiones. Otro factor limitante puede ser el peso de los propios contenedores de hidrógeno, especialmente si son de acero, lo que reduce la carga útil neta de hidrógeno que se puede transportar cumpliendo con las regulaciones de peso máximo por eje de los vehículos.
- Hidrógeno Líquido (LH2) en Camiones Cisterna Criogénicos:
- Proceso y Transporte: Para transportar hidrógeno en estado líquido, primero es necesario enfriarlo a temperaturas criogénicas extremadamente bajas, concretamente a -253 grados Celsius (ºC) o 20 Kelvin (K), punto en el cual el hidrógeno se convierte en líquido. Una vez licuado, el LH2 se transporta en camiones cisterna especialmente diseñados, con un aislamiento térmico muy avanzado (sistemas de vacío y múltiples capas de material aislante) para mantener estas temperaturas tan bajas durante el trayecto.
- Mayor Densidad Energética Volumétrica: Una de las grandes ventajas del hidrógeno líquido es su densidad significativamente mayor en comparación con el gas comprimido. La densidad del LH2 es de aproximadamente 70.8 kg por metro cúbico (kg/m³). Esta mayor densidad permite transportar una cantidad sustancialmente mayor de hidrógeno en cada viaje. Un camión cisterna típico de LH2 puede transportar alrededor de 3.500 kg a 4.000 kg de hidrógeno, una cifra notablemente superior a la de los camiones de CGH2.
- Idoneidad: Debido a su mayor capacidad de carga, el transporte de LH2 por carretera resulta más rentable y eficiente para cubrir distancias más largas (generalmente superiores a los 500 km) y para suministrar mayores volúmenes de hidrógeno en comparación con el CGH2. Algunos análisis indican que los remolques de LH2 pueden tener un alcance operativo de hasta 4.000 km.
- Desafío del Boil-Off: Una de las principales limitaciones técnicas y económicas del transporte de LH2 es el fenómeno del «boil-off». A pesar del sofisticado aislamiento de los tanques criogénicos, siempre existe una inevitable entrada de calor desde el exterior, lo que provoca que una pequeña fracción del hidrógeno líquido se evapore continuamente, convirtiéndose de nuevo en gas. Esto no solo representa una pérdida de producto valioso, sino que también puede generar un aumento de la presión dentro del tanque si no se gestiona adecuadamente mediante sistemas de venteo o recuperación. Se estima que el almacenamiento de LH2 generalmente pierde alrededor del 1% de su contenido por día debido a esta fuga de calor.
- Coste de Licuefacción: El proceso de licuefacción del hidrógeno es altamente intensivo en consumo de energía y, por lo tanto, costoso, lo que añade un sobrecoste significativo al precio final del hidrógeno líquido transportado. Este coste energético debe ser cuidadosamente considerado en la viabilidad económica de la cadena de LH2.
GASODUCTOS DEDICADOS Y ADAPTADOS: LA ESPINA DORSAL DEL SUMINISTRO DE HIDRÓGENO A GRAN ESCALA
Para el transporte de grandes volúmenes de hidrógeno a largas distancias de manera continua y fiable, los gasoductos representan la opción más eficiente y económica a largo plazo. En nuestra visión como expertos, consideramos tanto la construcción de nuevas redes de tuberías dedicadas exclusivamente al hidrógeno como la adaptación de las vastas infraestructuras gasistas ya existentes, cada una con sus propias implicaciones técnicas, económicas y regulatorias.
- Construcción de Nuevos Hidrogenoductos:
- Diseño y Materiales: Esta opción implica la planificación e instalación de sistemas de tuberías específicamente diseñados y construidos para transportar hidrógeno puro o con muy altas concentraciones. El diseño debe considerar cuidadosamente la elección de materiales, que deben ser resistentes al fenómeno de la fragilización por hidrógeno. Este fenómeno ocurre cuando el hidrógeno, debido a su pequeño tamaño molecular y alta difusividad, penetra en la estructura metálica de ciertos aceros, reduciendo su ductilidad y tenacidad, lo que podría comprometer la integridad de la tubería a largo plazo. Además, el diseño debe minimizar cualquier posibilidad de fugas, dado que la molécula de hidrógeno es mucho más pequeña y ligera que la del metano, lo que facilita su escape a través de pequeñas fisuras o conexiones imperfectas.
- Ventajas: Los nuevos hidroductos ofrecen la mayor eficiencia operativa y los más altos niveles de seguridad para el transporte de hidrógeno puro a gran escala y a través de largas distancias terrestres. Permiten la creación de una verdadera «espina dorsal» o «backbone» energético, una red troncal capaz de conectar los centros de producción masiva de hidrógeno renovable con los grandes polos de consumo industrial y las redes de distribución capilar, tal como se prevé en iniciativas como el European Hydrogen Backbone.
- Desafíos: El principal obstáculo para la construcción de nuevos hidroductos son los elevados costes de inversión inicial (CAPEX) y los largos periodos de planificación, obtención de permisos y construcción que estos proyectos conllevan. La obtención de los derechos de paso (RoWs) necesarios para el tendido de las tuberías también puede ser un proceso complejo y prolongado, que involucra negociaciones con múltiples propietarios y administraciones.
- Reconversión de Gasoductos de Gas Natural Existentes (Repurposing):
- Potencial: La reutilización de la extensa red de gasoductos de gas natural ya existente en Europa (que supera los 2 millones de kilómetros según , y que también menciona como una posibilidad) se presenta como una opción sumamente atractiva para acelerar el despliegue de la infraestructura de hidrógeno y reducir significativamente los costes de inversión. Algunas estimaciones sugieren que el coste de reconvertir un gasoducto existente puede ser tan solo del 10-35% del coste de construir una nueva tubería de hidrógeno , mientras que otras fuentes, como , hablan de ahorros de hasta el 80%.
- Desafíos Técnicos: A pesar de su atractivo económico, la reconversión presenta importantes desafíos técnicos que deben ser abordados con rigor:
- Fragilización por Hidrógeno (Hydrogen Embrittlement): Como ya hemos mencionado, el hidrógeno puede penetrar en la estructura metálica de las tuberías de acero convencionales utilizadas para el gas natural, reduciendo su ductilidad y tenacidad, lo que podría llevar a la formación de grietas y, en última instancia, a fallos estructurales. Esto exige la realización de evaluaciones exhaustivas de la integridad de los gasoductos candidatos a la reconversión, análisis de los materiales y el desarrollo de estrategias de mitigación efectivas, como la operación a presiones reducidas o el tratamiento interno de las tuberías.
- Fugas: La molécula de hidrógeno, al ser más pequeña y ligera que la del metano, tiene una mayor propensión a fugarse a través de juntas, sellos, soldaduras y posibles defectos o microfisuras preexistentes en las tuberías y sus componentes. Esto requiere una inspección minuciosa y, posiblemente, la mejora de la estanqueidad de la red.
- Adaptación de Componentes: Equipos esenciales de la red de gas natural, como compresores, válvulas, medidores de flujo y sistemas de odorización, pueden no ser compatibles con el hidrógeno puro o con altas concentraciones de hidrógeno. Estos componentes necesitarían ser reemplazados por equipos específicamente diseñados para hidrógeno o adaptados para garantizar su correcto funcionamiento y seguridad.
- Pureza del Hidrógeno: Es crucial asegurar que no haya contaminación del hidrógeno transportado por residuos del gas natural previamente contenido en las tuberías, especialmente si el hidrógeno se destina a aplicaciones de alta pureza como las pilas de combustible. Podrían requerirse procedimientos de limpieza y purga exhaustivos.
- Mezcla de Hidrógeno con Gas Natural (Blending) en Redes Actuales:
- Concepto: Esta aproximación consiste en inyectar un cierto porcentaje de hidrógeno en la red de gas natural existente para su transporte conjunto y distribución a los consumidores finales.
- Porcentajes y Limitaciones: Los porcentajes de mezcla de hidrógeno que se pueden introducir en las redes de gas natural suelen ser relativamente bajos (generalmente en el rango del 5% al 20% en volumen, aunque varía según la normativa y las características de la red). Estas limitaciones se deben a la necesidad de evitar problemas de compatibilidad tanto en los propios gasoductos (fragilización, fugas) como, de manera crucial, en los aparatos de consumo final (calderas domésticas e industriales, cocinas, turbinas de gas) que, en su mayoría, no están diseñados para operar con altas concentraciones de hidrógeno y podrían sufrir daños o funcionar de manera ineficiente o insegura.
- Necesidad de Separación: Si en el punto de consumo se requiere hidrógeno de alta pureza (por ejemplo, para alimentar pilas de combustible en vehículos o en aplicaciones estacionarias), sería necesario implementar tecnologías de separación y purificación aguas abajo para extraer el hidrógeno de la mezcla de gas natural. Estos procesos de separación (como la adsorción por cambio de presión – PSA, o membranas selectivas) añaden complejidad técnica y costes adicionales al suministro de hidrógeno puro.
- Debate sobre su Rol: En nuestra opinión experta, consideramos que el blending puede desempeñar un papel como solución transitoria para introducir gradualmente el hidrógeno en el sistema energético, estimular la demanda inicial y aprovechar la infraestructura existente en una primera fase. Sin embargo, no lo vemos como una solución a largo plazo para el transporte de los grandes volúmenes de hidrógeno puro que requerirá una economía del hidrógeno plenamente desarrollada, debido a las limitaciones de porcentaje y a la necesidad de costosos procesos de separación.
TRANSPORTE MARÍTIMO DE HIDRÓGENO: CONECTANDO CONTINENTES CON ENERGÍA LIMPIA
El transporte marítimo se perfila como una solución indispensable para el futuro comercio intercontinental de hidrógeno, permitiendo conectar regiones con un alto potencial de producción de hidrógeno renovable a bajo coste (como podría ser España, gracias a sus abundantes recursos solares y eólicos) con grandes centros de alta demanda energética en otros continentes que puedan tener limitaciones en su propia producción. Exploramos a continuación las principales vías tecnológicas que estamos analizando para mover hidrógeno a través de los océanos.
- Transporte de Hidrógeno Líquido (LH2) en Buques Criogénicos:
- Tecnología: De forma análoga al transporte marítimo de Gas Natural Licuado (GNL), el hidrógeno se somete a un proceso de licuefacción, enfriándolo hasta los -253°C, y se transporta en buques metaneros adaptados o en buques de nuevo diseño equipados con tanques criogénicos especiales capaces de mantener estas temperaturas extremadamente bajas y de soportar las condiciones marítimas.
- Desafíos Adicionales al GNL: Aunque la tecnología del GNL ofrece una base, el LH2 presenta desafíos aún mayores debido a sus propiedades únicas. Las temperaturas de licuefacción del hidrógeno son significativamente más bajas que las del GNL (aproximadamente -162°C), lo que exige sistemas de aislamiento y contención aún más sofisticados. Además, la menor densidad energética volumétrica del LH2 en comparación con el GNL y su mayor propensión al «boil-off» (evaporación del líquido) plantean retos adicionales en el diseño de los tanques y en la gestión de las pérdidas durante el viaje. Es importante destacar que la licuefacción del hidrógeno es un proceso más costoso y consume más energía que la licuefacción del gas natural.
- Costes e Infraestructura: Esta modalidad de transporte requiere inversiones considerables en toda la cadena logística: plantas de licuefacción de hidrógeno a gran escala en el puerto de origen, una flota de buques criogénicos especializados (cuyo coste es elevado) y terminales de recepción y regasificación de LH2 en el puerto de destino. La literatura técnica, como , menciona que los buques para el transporte de LH2 necesitarán un diseño conceptual similar al de los buques de GNL, pero adaptado a las especificidades del hidrógeno.
- Idoneidad: El transporte marítimo de LH2 se considera adecuado para el movimiento de grandes cantidades de hidrógeno a través de distancias muy largas, típicamente intercontinentales (superiores a los 5.000 kilómetros según ), donde la construcción de gasoductos submarinos no es técnica o económicamente viable.
- Amoníaco (NH3) como Vector de Transporte de Hidrógeno:
- Proceso: En esta alternativa, el hidrógeno (preferiblemente producido a partir de fuentes renovables – hidrógeno verde, o de fuentes fósiles con captura de carbono – hidrógeno azul) se utiliza para sintetizar amoníaco (NH3) mediante el proceso Haber-Bosch, una tecnología industrial muy madura. El amoníaco, una molécula que contiene un 17.6% de hidrógeno en peso , es un gas que se licúa con relativa facilidad y puede transportarse como líquido a presiones y temperaturas moderadas (por ejemplo, a -33°C a presión atmosférica, o a temperatura ambiente bajo una presión de unas 8-10 bar).
- Transporte y Desconversión: El amoníaco líquido se transporta en buques gaseros convencionales, similares a los que se utilizan para el Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que supone una gran ventaja en términos de disponibilidad de flota e infraestructura portuaria. Una vez en el destino, el amoníaco puede tener dos usos principales: puede utilizarse directamente como combustible (por ejemplo, en motores de barcos adaptados o en turbinas para generación eléctrica) o puede ser «craqueado» (descompuesto catalíticamente) para liberar el hidrógeno que contiene, junto con nitrógeno, que puede ser liberado a la atmósfera o utilizado industrialmente.
- Ventajas:
- El amoníaco líquido posee una mayor densidad de hidrógeno volumétrica en comparación con el hidrógeno líquido (LH2), lo que significa que se puede transportar más hidrógeno en el mismo volumen de tanque.
- Existe una infraestructura global de producción, transporte y almacenamiento de amoníaco ya desarrollada y madura, debido a su uso masivo como materia prima en la industria de fertilizantes y otros productos químicos. Esto reduce la necesidad de construir infraestructuras completamente nuevas.
- El manejo del amoníaco líquido es, en general, más sencillo y potencialmente menos costoso que el del hidrógeno líquido criogénico, debido a sus condiciones de almacenamiento menos extremas.
- Desafíos:
- El amoníaco es una sustancia tóxica y corrosiva, lo que exige la implementación de medidas de seguridad muy estrictas en su manejo, almacenamiento y transporte para prevenir fugas y proteger al personal y al medio ambiente.
- La eficiencia energética del ciclo completo (producción de hidrógeno -> síntesis de amoníaco -> transporte -> craqueo de amoníaco -> uso del hidrógeno) es una consideración importante, ya que tanto la síntesis como el craqueo del amoníaco son procesos que consumen energía, lo que reduce la cantidad neta de energía útil entregada.
- El coste del proceso de craqueo y la pureza del hidrógeno obtenido tras la descomposición del amoníaco son factores clave que aún están en fase de optimización para aplicaciones a gran escala, especialmente para pilas de combustible que requieren hidrógeno de muy alta pureza.
- Portadores Orgánicos Líquidos de Hidrógeno (LOHC):
- Principio: Los LOHC son compuestos orgánicos líquidos (como el dibenciltolueno, el tolueno/metilciclohexano, o el N-etilcarbazol) que tienen la capacidad de absorber y liberar hidrógeno mediante reacciones químicas reversibles de hidrogenación (carga de hidrógeno) y deshidrogenación (descarga de hidrógeno). El hidrógeno se almacena químicamente dentro de la molécula del LOHC.
- Ciclo: El LOHC «descargado» (sin hidrógeno) se somete a un proceso de hidrogenación catalítica en el punto de producción de hidrógeno, convirtiéndose en un LOHC «cargado» (rico en hidrógeno). Este líquido, que se mantiene en estado líquido a temperatura y presión ambiente, se transporta utilizando la infraestructura logística existente para productos petrolíferos y químicos líquidos (buques tanque convencionales, camiones cisterna, e incluso potencialmente oleoductos). En el punto de destino, el LOHC «cargado» se somete a un proceso de deshidrogenación catalítica para liberar el hidrógeno gaseoso, y el LOHC «descargado» se devuelve al punto de origen para ser reutilizado en un nuevo ciclo.
- Ventajas:
- Ofrecen una alta seguridad intrínseca y una gran facilidad de manejo, almacenamiento y transporte, ya que el hidrógeno está químicamente ligado dentro del portador líquido, que no es inflamable ni explosivo en su forma hidrogenada y es estable en condiciones ambientales.
- Permiten la utilización de la vasta infraestructura de transporte y almacenamiento de líquidos convencional ya existente a nivel global, lo que podría reducir significativamente la necesidad de costosas inversiones en nuevas infraestructuras específicas para el hidrógeno.
- Desafíos:
- La eficiencia energética del ciclo completo es una preocupación clave, ya que tanto las reacciones de hidrogenación como, especialmente, las de deshidrogenación (que a menudo requieren el aporte de calor a temperaturas elevadas, por ejemplo, entre 200 y 400°C según ) implican pérdidas energéticas que reducen la eficiencia global del sistema.
- El coste, la actividad y la vida útil de los catalizadores necesarios para las reacciones de hidrogenación y deshidrogenación son factores críticos para la viabilidad económica de los LOHC.
- La posible degradación del LOHC tras múltiples ciclos de carga y descarga puede afectar a su rendimiento y a la economía del proceso, requiriendo la reposición del portador.
- La densidad gravimétrica de hidrógeno (cantidad de hidrógeno almacenado por unidad de peso del portador) en los LOHC suele ser inferior a la del amoníaco o el hidrógeno líquido puro, lo que significa que se necesita transportar más masa de portador para la misma cantidad de hidrógeno.
La elección de un método de transporte u otro no es una decisión que pueda tomarse a la ligera, ya que está profundamente interconectada con una multitud de factores que incluyen la escala de producción de hidrógeno, la distancia a cubrir, la infraestructura preexistente en la ruta, los costes de capital y operativos asociados a cada tecnología, y, de manera muy importante, el nivel de madurez tecnológica (TRL) de cada opción.
No anticipamos que vaya a haber un «ganador único» que se imponga en todos los escenarios a corto o medio plazo. Para pequeñas cantidades y distancias cortas, por ejemplo, los camiones que transportan hidrógeno gaseoso comprimido (CGH2) ofrecen la mayor flexibilidad y requieren la menor inversión inicial. A medida que los volúmenes aumentan y las distancias se alargan, el hidrógeno líquido (LH2) transportado en camiones criogénicos puede volverse más competitivo que el CGH2. Para los grandes flujos terrestres continuos, los gasoductos, ya sean de nueva construcción o reconvertidos, se perfilan como la opción más económica a largo plazo, a pesar de su alta inversión inicial.
Finalmente, para el transporte intercontinental de grandes volúmenes, el LH2 en barco, el amoníaco o los LOHC son las principales alternativas, cada una con sus propias ventajas y desventajas en términos de densidad energética, madurez de la infraestructura necesaria, costes de conversión y reconversión, y consideraciones de seguridad.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que, muy probablemente, veremos una combinación de diferentes métodos de transporte coexistiendo y complementándose entre sí, adaptados a las necesidades específicas de cada cadena de valor del hidrógeno y a las particularidades de cada región y mercado.
Un tema recurrente y de gran atractivo en las discusiones sobre la infraestructura del hidrógeno es la posibilidad de reutilizar infraestructuras existentes, como los gasoductos de gas natural para el transporte de hidrógeno puro o en mezcla (blending), o los buques tanque convencionales para el transporte de amoníaco o LOHC.
El potencial de ahorro de costes y de aceleración en los tiempos de despliegue es innegable. Sin embargo, es crucial entender que esta reutilización no está exenta de desafíos técnicos significativos. En el caso de los gasoductos, la compatibilidad material del hidrógeno con los aceros tradicionalmente utilizados es una preocupación primordial debido al riesgo de fragilización por hidrógeno.
El blending, por su parte, enfrenta limitaciones en el porcentaje de hidrógeno que se puede mezclar y la necesidad de costosos procesos de separación si se requiere hidrógeno puro en el destino. En cuanto a los portadores como el amoníaco, aunque pueden utilizar infraestructuras de transporte existentes, presentan sus propios desafíos, como la toxicidad y el coste energético del proceso de craqueo para liberar el hidrógeno.
Esto implica que la «reutilización» no es una solución universal ni exenta de complicaciones; requiere una evaluación técnica exhaustiva caso por caso, inversiones significativas en adecuación y, posiblemente, el desarrollo de nuevas tecnologías de monitorización, inspección y mantenimiento para garantizar la seguridad y la eficiencia operativa a largo plazo.
Finalmente, un aspecto técnico de gran relevancia en el transporte de hidrógeno líquido (LH2) es el fenómeno del «boil-off», es decir, la evaporación continua de una pequeña parte del hidrógeno líquido debido a la inevitable transferencia de calor hacia los tanques criogénicos. Esta evaporación no es solo una pérdida de producto valioso, lo que impacta directamente la economía del transporte, sino que también tiene implicaciones para la seguridad, ya que el gas generado aumenta la presión dentro del tanque y debe ser gestionado adecuadamente mediante sistemas de venteo o recuperación.
Además, si el hidrógeno evaporado (que es un gas con un potencial de calentamiento global indirecto) se ventea a la atmósfera, esto representa una pérdida de energía limpia y un impacto negativo en la eficiencia global del sistema. Las tasas de boil-off pueden variar, pero se estiman entre un 0.03% y un 1% del volumen almacenado por día, e incluso pueden ser mayores durante las operaciones de transferencia.
Por ejemplo estima que las pérdidas por boil-off y transferencias pueden suponer costes millonarios anuales para grandes flotas de autobuses de hidrógeno.
Esta realidad impulsa fuertemente la innovación en el desarrollo de mejores materiales de aislamiento, sistemas de refrigeración activa a bordo o en terminales (tecnologías «Zero Boil-Off» o ZBO), y métodos eficientes para la recuperación y relicuefacción del hidrógeno evaporado, con el fin de hacer el transporte de LH2 más viable y sostenible a gran escala.
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ANÁLISIS COMPARATIVO Y DESAFÍOS EN LA DISTRIBUCIÓN DE HIDRÓGENO
Una vez explorados los métodos de transporte, es fundamental realizar un análisis comparativo y profundizar en los desafíos que enfrenta la distribución de hidrógeno.
Esta evaluación nos permitirá identificar las soluciones más prometedoras para cada escenario y los obstáculos que, como industria, debemos superar para construir una red de suministro de hidrógeno eficiente, segura y económicamente viable, sentando las bases para el éxito de nuestros clientes y socios.
EVALUACIÓN DE MÉTODOS: COSTES, EFICIENCIA, DISTANCIAS Y MADUREZ TECNOLÓGICA (TRL)
La elección de la tecnología de transporte de hidrógeno más adecuada no es trivial; depende de una compleja interrelación de factores económicos, técnicos y logísticos. Analizaremos cómo se comparan los diferentes métodos en términos de costes de transporte por unidad de hidrógeno, la eficiencia energética de cada proceso, las distancias óptimas para su operación y su nivel actual de desarrollo y disponibilidad comercial, conocido como Nivel de Madurez Tecnológica (TRL).
- Comparativa de Costes de Transporte:
- Gasoductos: Para el transporte terrestre de grandes volúmenes de hidrógeno (superiores a 100.000 toneladas por año) a largas distancias (desde cientos hasta miles de kilómetros), los gasoductos son generalmente considerados la opción más económica a largo plazo. Estimaciones para el proyecto European Hydrogen Backbone sugieren un coste de transporte de entre 0,11 y 0,21 euros por kilogramo de hidrógeno (€/kg) por cada 1.000 kilómetros recorridos. Otro análisis indica que los gasoductos son la opción más barata para distancias inferiores a los 1.500 km. Aunque los costes de capital inicial (CAPEX) para la construcción de nuevos hidroductos son altos, los costes operativos (OPEX) por unidad de hidrógeno transportado disminuyen significativamente a medida que aumenta la utilización de la infraestructura. La reconversión de gasoductos de gas natural existentes puede reducir sustancialmente el CAPEX inicial.
- Camiones CGH2 (Hidrógeno Gaseoso Comprimido): Son una solución adecuada para distancias cortas, típicamente inferiores a 200-500 km, y para el suministro de volúmenes pequeños o medianos de hidrógeno. Los costes de transporte por carretera en esta modalidad aumentan considerablemente con la distancia debido a la baja capacidad de carga de los camiones. Un estudio cifra los costes entre 1,10 y 1,61 €/kg para distancias de hasta 150 km y demandas diarias de 1 a 4 toneladas.
- Camiones LH2 (Hidrógeno Líquido): Resultan más competitivos que el CGH2 para distancias medias a largas por carretera (por ejemplo, entre 200 y 1.000 km, con algunos análisis extendiendo su viabilidad hasta los 4.000 km ) y para volúmenes de suministro mayores, gracias a la mayor densidad del hidrógeno líquido. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que los costes del proceso de licuefacción son significativos (consumiendo entre el 30% y el 40% del contenido energético del hidrógeno, según ) y deben sumarse a los costes puramente de transporte. Un análisis lo considera la opción menos competitiva en ciertos escenarios, pudiendo alcanzar costes de hasta 5,35 €/kg, aunque su mayor capacidad de carga reduce el número de viajes necesarios.
- Barcos (Transporte Marítimo de LH2): Esta opción se contempla para distancias muy largas, típicamente intercontinentales (superiores a 3.000-5.000 km), y para el transporte de grandes volúmenes de hidrógeno. Los costes asociados a las plantas de licuefacción, los buques criogénicos especializados y las terminales de regasificación son elevados. No obstante, para distancias superiores a los 3.000 km, algunos estudios sugieren que el LH2 y los LOHC (portadores orgánicos líquidos de hidrógeno) se convierten en las opciones con menores costes de entrega.
- Barcos (Transporte Marítimo de Amoníaco como portador de H2): Similar al LH2 en barco en cuanto a su aplicabilidad para largas distancias y grandes volúmenes. Los factores clave que determinan el coste son la síntesis de amoníaco a partir de hidrógeno y su posterior craqueo para liberar el hidrógeno en el destino. Una ventaja potencial es que la infraestructura para el transporte marítimo de amoníaco está más desarrollada y es potencialmente más económica que la del LH2. Los costes de «empaquetado» (síntesis) y «desempaquetado» (craqueo) tienden a dominar sobre el coste del transporte marítimo en sí.
- Barcos (Transporte Marítimo de LOHC como portadores de H2): También enfocado a largas distancias. Aquí, los costes de los procesos de hidrogenación (carga de hidrógeno en el LOHC) y deshidrogenación (liberación de hidrógeno), junto con la eficiencia del ciclo completo, son cruciales. Se ha establecido un objetivo de coste de entrega de menos de 2 €/kg para una transferencia en barco de 3.000 km para el año 2030 utilizando LOHC. Otro estudio indica que los LOHC se vuelven más competitivos en distancias largas, con costes de entre 1,49 y 1,90 €/kg a 300 km por carretera para diversas demandas , extrapolable a mayores distancias marítimas considerando la economía de escala de los buques.
- Consideraciones Generales de Coste: Es importante recordar que el hidrógeno renovable es actualmente entre dos y tres veces más caro de producir que el hidrógeno de origen fósil (hidrógeno gris o azul), y que la construcción de gasoductos dedicados al hidrógeno puede ser entre un 10% y un 50% más costosa que la de gasoductos equivalentes para gas natural. Por ello, es crucial analizar la totalidad de la cadena de valor del hidrógeno, desde la producción hasta el uso final, y no solo el eslabón del transporte de forma aislada, para obtener una imagen realista de los costes.
- Eficiencia Energética y Pérdidas:
- Compresión (CGH2): El proceso de compresión del hidrógeno gaseoso a altas presiones consume energía. Aunque varía según la presión final y la eficiencia del compresor, este consumo puede representar un porcentaje significativo del contenido energético del hidrógeno transportado. menciona un consumo del 13-18% del poder calorífico inferior (LHV) del hidrógeno para su almacenamiento a alta presión, lo cual es una cifra considerable.
- Licuefacción (LH2): Este es, con diferencia, el proceso de acondicionamiento más intensivo en energía. Se estima que la licuefacción del hidrógeno consume entre el 30% y el 40% del contenido energético del propio hidrógeno. Esta alta demanda energética es uno de los principales inconvenientes del LH2.
- Boil-off (LH2): Como se ha mencionado anteriormente, las pérdidas por evaporación (boil-off) durante el almacenamiento y transporte de LH2 son inevitables y pueden variar entre el 0,03% y más del 1% del volumen almacenado por día, dependiendo del tamaño del tanque, la calidad del aislamiento y las condiciones operativas. Las operaciones de transferencia de LH2 (por ejemplo, de un buque a un tanque de almacenamiento en tierra, o de un camión cisterna a un depósito) también generan pérdidas significativas, que estima en un 13-20% durante la transferencia de una cisterna a un tanque de almacenamiento.
- Portadores Químicos (Amoníaco, LOHC): Estos métodos implican pérdidas energéticas en los procesos de conversión química (síntesis de amoníaco o hidrogenación del LOHC) en el origen, y de reconversión (craqueo de amoníaco o deshidrogenación del LOHC) en el destino. La eficiencia del ciclo completo (hidrógeno a hidrógeno) es un factor determinante para su viabilidad.
- Gasoductos: Las pérdidas energéticas en el transporte por gasoducto se deben principalmente a dos factores: las posibles fugas de hidrógeno a lo largo de la tubería (aunque se espera que sean mínimas en tuberías nuevas bien diseñadas y mantenidas o en tuberías reconvertidas adecuadamente) y el consumo energético de las estaciones de compresión intermedias necesarias para mantener el flujo y la presión del hidrógeno a lo largo de la ruta.
- Un punto crucial que subraya es que cada etapa de conversión o acondicionamiento del hidrógeno (compresión, licuefacción, conversión a portador químico) conduce a pérdidas de energía. Esto implica que, para satisfacer una demanda final específica de hidrógeno, se necesitará una mayor capacidad de producción de energía renovable aguas arriba para compensar estas pérdidas en la cadena de suministro.
- Niveles de Madurez Tecnológica (TRL):
- Gasoductos (Nuevos y Reconversidos): La tecnología para la construcción de nuevos hidroductos se considera relativamente madura (TRL 7-9), aunque la investigación continúa en el desarrollo de materiales más optimizados y económicos. La reconversión de gasoductos de gas natural existentes para el transporte de hidrógeno está en una fase de demostración y validación a gran escala, con TRL variables (posiblemente TRL 5-7 o superior en algunos casos) dependiendo del estado, material y características de la tubería existente, así como de la concentración de hidrógeno a transportar. Proyectos financiados por el Departamento de Energía de EE.UU. (DOE) muestran un desarrollo activo en esta área.
- Camiones CGH2: Esta es una tecnología muy madura y ampliamente utilizada comercialmente para el transporte de hidrógeno, con un TRL de 8-9.
- Camiones LH2: También es una tecnología madura y comercialmente disponible, aunque su uso es menos extendido que el del CGH2. Su TRL se sitúa entre 7 y 9. Los sistemas de almacenamiento criogénico y las bombas para LH2 continúan experimentando mejoras.
- Barcos (Transporte Marítimo de LH2): Existen algunos prototipos y proyectos piloto a nivel mundial (como el buque Suiso Frontier en Japón, que realizó el primer transporte marítimo de LH2 a granel). El TRL de esta tecnología está avanzando (TRL 6-8), pero aún no se considera una tecnología comercial a gran escala comparable a los buques metaneros de GNL.
- Amoníaco (Transporte y Craqueo): El transporte marítimo y terrestre de amoníaco es una tecnología con TRL 9, al igual que la síntesis de amoníaco. Sin embargo, el proceso de craqueo de amoníaco para producir hidrógeno de alta pureza a gran escala y de forma económica está todavía en fase de desarrollo y demostración (TRL 5-7), siendo un área clave de investigación y desarrollo (I+D).
- LOHC (Transporte y Deshidrogenación): El transporte del LOHC cargado de hidrógeno utiliza infraestructuras existentes y se considera TRL 9. La hidrogenación del LOHC también está bastante desarrollada. El principal desafío tecnológico reside en la etapa de deshidrogenación, que necesita ser más eficiente, económica y capaz de operar a temperaturas más bajas. Esta parte del ciclo se encuentra en etapas de desarrollo y demostración, con TRL entre 4 y 7. describe proyectos europeos que buscan desarrollar sistemas de deshidrogenación para alcanzar TRL más altos.
- Un análisis de argumenta que las tecnologías de almacenamiento físico de hidrógeno (comprimido y líquido) poseen TRL mucho más elevados que las tecnologías basadas en materiales (como hidruros o LOHC) y, por lo tanto, deberían recibir una financiación preferente en la I+D para obtener beneficios más inmediatos en el despliegue del hidrógeno.
RETOS FUNDAMENTALES EN LA INFRAESTRUCTURA Y OPERACIÓN DEL TRANSPORTE DE H2
Más allá de la comparación técnica y económica de los distintos métodos, existen desafíos transversales de gran envergadura que, como sector, debemos abordar para el despliegue exitoso y sostenible de la infraestructura de transporte de hidrógeno.
Estos retos abarcan desde la movilización de ingentes recursos financieros hasta la gestión rigurosa de la seguridad operativa en cada eslabón de la cadena y la garantía de la calidad del producto final entregado al consumidor.
- Desarrollo y Financiación de Infraestructura Dedicada:
- Necesidad de Inversión Masiva: La creación de una red paneuropea de hidrógeno, que incluya no solo hidroductos transfronterizos, sino también terminales de importación y exportación, instalaciones de almacenamiento geológico a gran escala y una densa red de estaciones de repostaje (hidrogeneras), requerirá la movilización de cientos de miles de millones de euros de inversión en las próximas décadas. Solo para el European Hydrogen Backbone, se estima una inversión de entre 80.000 y 143.000 millones de euros para el año 2040 , cifra que reitera, advirtiendo que podría ser incluso mayor debido a problemas en la cadena de suministro global y al aumento de precios en el sector de infraestructuras.
- Modelos de Financiación: Para atraer el capital privado necesario a esta escala, se necesitan mecanismos de financiación innovadores, un fuerte apoyo público (a través de subvenciones, garantías financieras, contratos por diferencia, etc.) y marcos regulatorios estables y predecibles que ofrezcan certidumbre a los inversores a largo plazo. En el caso de España señala que la financiación pública actualmente comprometida para los proyectos de hidrógeno representa solo una pequeña fracción de la inversión total prevista, lo que indica una clara necesidad de fortalecer estos mecanismos de apoyo.
- Coordinación Transfronteriza: Proyectos de la envergadura de H2Med o el European Hydrogen Backbone, que atraviesan múltiples fronteras nacionales, requieren una estrecha y compleja colaboración entre los diferentes países implicados, sus respectivos reguladores y los operadores de los sistemas de transmisión (TSOs) para la planificación coordinada, la construcción y la operación armonizada de las interconexiones.
- Despliegue de Hidrogeneras: Un elemento crucial para la adopción del hidrógeno en el sector de la movilidad es la disponibilidad de una red de estaciones de repostaje. La Hoja de Ruta del Hidrógeno en España establece un objetivo ambicioso de entre 100 y 150 hidrogeneras de acceso público para el año 2030. Sin embargo, informes recientes de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) señalan una desviación significativa entre el número de hidrogeneras actualmente proyectadas y estos objetivos nacionales, lo que indica la necesidad de acelerar considerablemente su despliegue para no frenar la adopción de vehículos de hidrógeno.
- Seguridad Integral en el Manejo y Transporte:
- Inflamabilidad y Riesgo de Explosión: El hidrógeno es un gas altamente inflamable en un amplio rango de concentraciones en el aire (aproximadamente del 4% al 75% en volumen) y posee una energía de ignición muy baja, lo que significa que puede encenderse con facilidad. Esta característica exige la implementación de protocolos de seguridad extremadamente rigurosos en todas las etapas de su manejo, diseño de equipos e instalaciones a prueba de fugas y explosiones (zonificación ATEX), y el desarrollo de planes de emergencia robustos y bien ensayados.
- Altas Presiones (CGH2, Gasoductos): El almacenamiento y transporte de hidrógeno gaseoso a altas presiones (que pueden llegar hasta los 700-1000 bar en algunas aplicaciones como las hidrogeneras para vehículos ligeros) requiere el uso de materiales y componentes de muy alta resistencia y sistemas de alivio de presión fiables y redundantes para prevenir fallos catastróficos.
- Temperaturas Criogénicas (LH2): El manejo de hidrógeno líquido a -253°C presenta riesgos específicos, como quemaduras por frío en caso de contacto con la piel, la fragilización de materiales no aptos para uso criogénico que pueden volverse quebradizos a esas temperaturas, y el riesgo de sobrepresurización de los tanques debido a la evaporación del boil-off si los sistemas de venteo fallan.
- Fragilización por Hidrógeno (Hydrogen Embrittlement): Como se ha discutido previamente, este fenómeno es una preocupación clave para la integridad estructural y la vida útil a largo plazo de los gasoductos de acero y otros componentes metálicos (como tanques de almacenamiento o válvulas) que están en contacto con el hidrógeno, especialmente si es hidrógeno puro o en altas concentraciones. Se están investigando activamente materiales más resistentes y estrategias de mitigación, como el uso de inhibidores gaseosos en el flujo de hidrógeno o recubrimientos protectores.
- Toxicidad de Portadores: En el caso de que se utilice amoníaco como portador de hidrógeno, es fundamental gestionar su toxicidad y corrosividad mediante medidas especiales de contención, sistemas de detección de fugas y protocolos de manejo seguro para proteger a los trabajadores y al entorno. Algunos LOHC también pueden tener perfiles de toxicidad que deben ser evaluados y gestionados adecuadamente.
- Normativa y Estándares de Seguridad: Es crucial desarrollar, implementar y armonizar a nivel internacional normativas y estándares de seguridad específicos para el diseño, construcción, operación y mantenimiento de todas las infraestructuras de hidrógeno, cubriendo toda su cadena de valor, desde la producción hasta el uso final.
- Estándares de Pureza del Hidrógeno (ISO 14687) y su Impacto:
- Requisitos de Pureza: Las diferentes aplicaciones finales del hidrógeno tienen distintos requisitos en cuanto a su nivel de pureza. Las pilas de combustible, especialmente las de tipo PEM (Membrana de Intercambio Protónico), que se utilizan en vehículos y en muchas aplicaciones estacionarias, son extremadamente sensibles a la presencia de contaminantes y requieren hidrógeno de muy alta pureza. La norma internacional ISO 14687 especifica los niveles máximos permitidos para diversas impurezas en el hidrógeno destinado a pilas de combustible PEM (típicamente >99.97% de pureza, o incluso superior, como el grado 5.0 que implica un 99.999% de pureza).
- Impacto de Contaminantes: Impurezas como el monóxido de carbono (CO), compuestos de azufre (como el H2S), amoníaco (NH3), hidrocarburos, o incluso partículas, pueden «envenenar» los catalizadores de platino de las pilas de combustible PEM, degradar irreversiblemente su rendimiento, acortar su vida útil y, en casos graves, provocar su fallo completo. Por ejemplo menciona que concentraciones tan bajas como 0.2 partes por millón (ppm) de CO pueden causar daños permanentes en un catalizador de platino.
- Necesidad de Purificación: Dependiendo del método de producción de hidrógeno y de la vía de transporte utilizada, pueden ser necesarios sistemas de purificación adicionales (como la Adsorción por Oscilación de Presión – PSA, el uso de membranas selectivas, o catalizadores de purificación) para alcanzar los estrictos niveles de pureza requeridos por las pilas de combustible. Estos sistemas de purificación añaden costes de capital y operativos, así como complejidad, a la cadena de suministro de hidrógeno. Es interesante notar que el proceso de licuefacción del hidrógeno puede actuar inherentemente como un proceso de purificación, ya que muchas impurezas se solidifican y se separan a las temperaturas criogénicas del LH2. De hecho confirma en un estudio que el hidrógeno gaseoso obtenido a partir de la evaporación de hidrógeno líquido es de mayor pureza que el gas de partida antes de la licuefacción.
- Certificación y Trazabilidad de la Calidad: Para el desarrollo de un mercado de hidrógeno fiable y transparente, es fundamental establecer sistemas robustos de certificación que no solo garanticen la calidad y pureza del hidrógeno suministrado, sino también su origen (especialmente si se comercializa como hidrógeno renovable o bajo en carbono), incluyendo la trazabilidad de las impurezas a lo largo de toda la cadena de suministro.
La interdependencia entre los costes de transporte, la eficiencia energética de los procesos y el nivel de madurez tecnológica (TRL) de cada opción sugiere que las soluciones para el transporte de hidrógeno probablemente evolucionarán en distintas fases. Inicialmente, en mercados incipientes con demanda dispersa y volúmenes relativamente bajos, se priorizarán tecnologías más maduras, flexibles y con menor inversión de capital inicial, como los camiones (tanto de CGH2 como de LH2).
A medida que la demanda crezca y se consoliden clústeres industriales de hidrógeno, los gasoductos se volverán progresivamente más económicos y necesarios para conectar estos grandes centros de producción y consumo. Para el comercio internacional a gran escala, la elección entre el transporte marítimo de LH2, amoníaco o LOHC dependerá de la evolución futura de los costes de licuefacción y de los procesos de conversión/reconversión (como el cracking de amoníaco o la deshidrogenación de LOHC), de la madurez que alcancen estas tecnologías de reconversión a gran escala (actualmente con TRL 4-7, necesitan mejorar ), y del desarrollo de las infraestructuras portuarias necesarias. La inversión continua en I+D será clave para acelerar esta maduración.
Nos enfrentamos a lo que podríamos denominar el «trilema» del transporte de hidrógeno: la búsqueda simultánea de bajos costes, alta seguridad y elevada pureza. La optimización de uno de estos aspectos a menudo puede tener implicaciones negativas en los otros. Por ejemplo, alcanzar niveles de pureza extremadamente altos, como los exigidos por la norma ISO 14687 para pilas de combustible , puede requerir etapas adicionales de purificación que incrementen significativamente el coste del hidrógeno entregado.
Optar por el método de transporte teóricamente más barato podría implicar mayores riesgos de seguridad si no se invierte lo suficiente en materiales robustos, sistemas de detección de fugas o protocolos de operación rigurosos para mitigar, por ejemplo, la fragilización por hidrógeno. De manera similar, mejorar la seguridad mediante el uso de materiales más caros o sistemas de contención redundantes inevitablemente aumentará los costes. Incluso la eficiencia energética se ve afectada: en el transporte de LH2, un mayor y más costoso aislamiento para reducir las pérdidas por boil-off (que es una pérdida de eficiencia) choca con el coste del tanque; además, la gestión del boil-off tiene implicaciones de seguridad por la posible sobrepresurización.
La elección de un portador como el amoníaco puede reducir los costes de transporte marítimo en comparación con el LH2, pero introduce riesgos de toxicidad (un aspecto de seguridad) y requiere un consumo energético adicional para el proceso de craqueo (lo que afecta a la eficiencia y al coste final del hidrógeno). Por lo tanto, las decisiones sobre la infraestructura de transporte de hidrógeno implicarán necesariamente compromisos y una gestión integral y equilibrada de estos tres factores interrelacionados. La optimización de este trilema es, sin duda, uno de los desafíos centrales para el sector.
La estandarización de la pureza del hidrógeno (a través de normas como la ISO 14687) y el desarrollo de protocolos de seguridad armonizados son facilitadores críticos para el desarrollo del mercado del hidrógeno, ya que generan confianza, aseguran la interoperabilidad y protegen tanto a los equipos como a las personas. Sin embargo, estos mismos estándares también pueden actuar como barreras de entrada si los requisitos son demasiado costosos de cumplir para los nuevos actores del mercado o para ciertas tecnologías de transporte que, por su naturaleza, puedan introducir o no preservar la pureza del hidrógeno.
Por ejemplo, si los gasoductos reconvertidos arrastran residuos del gas natural previamente transportado, o si ciertos portadores químicos no logran una liberación de hidrógeno completamente pura, se necesitarán costosas etapas de purificación final para cumplir con los estándares de las pilas de combustible. Esto podría, en ciertos nichos, favorecer a métodos de transporte que inherentemente producen o mantienen una alta pureza del hidrógeno, como es el caso del hidrógeno líquido (LH2), donde el propio proceso de licuefacción actúa como una etapa de purificación.
De igual manera, la necesidad de cumplir con estrictos estándares de seguridad implica costes significativos en diseño, materiales, operación y mantenimiento, lo que podría ser una barrera para proyectos con presupuestos más ajustados si no se cuenta con el apoyo financiero o los incentivos adecuados.
En consecuencia, el desarrollo de tecnologías de purificación más baratas y eficientes, así como de métodos de transporte que minimicen la contaminación y preserven la pureza del hidrógeno, será crucial para superar estas barreras y facilitar una adopción más amplia del hidrógeno.
EL FUTURO DEL TRANSPORTE DE HIDRÓGENO: INNOVACIÓN Y MARCO ESTRATÉGICO
El camino hacia una economía del hidrógeno plenamente funcional y competitiva está pavimentado con la innovación continua en tecnologías de transporte y un sólido marco estratégico y regulatorio que guíe su desarrollo.
A medida que la demanda de hidrógeno, especialmente el renovable, crece exponencialmente impulsada por los objetivos de descarbonización, también lo hace la necesidad imperiosa de contar con soluciones de transporte más eficientes, económicas, seguras y sostenibles.
En esta sección, como profesionales que miramos al horizonte de la energía, exploraremos los avances tecnológicos que están transformando el panorama de la logística del hidrógeno, los proyectos emblemáticos que ya marcan el rumbo a seguir en Europa y España, y las políticas clave que facilitarán esta transición crucial hacia un futuro energético más limpio.
INNOVACIONES TECNOLÓGICAS QUE ESTÁN TRANSFORMANDO EL TRANSPORTE DE HIDRÓGENO
La investigación y el desarrollo (I+D) son, sin duda, los motores clave para superar los desafíos actuales que presenta el transporte de hidrógeno y para desbloquear nuevas oportunidades. Estamos presenciando avances significativos en diversas áreas tecnológicas que prometen optimizar toda la cadena de valor, desde los materiales utilizados en las tuberías y contenedores hasta la eficiencia de los procesos de conversión y reconversión de los portadores químicos de hidrógeno.
- NUEVOS MATERIALES Y DISEÑO DE TUBERÍAS Y CONTENEDORES:
- En el ámbito del almacenamiento y transporte de hidrógeno gaseoso a alta presión (CGH2) y de hidrógeno líquido (LH2), se están desarrollando y aplicando materiales compuestos avanzados, como los reforzados con fibra de carbono, y nuevos polímeros de alta resistencia. El objetivo principal es reducir el peso de los tanques y contenedores (lo que aumenta la carga útil y la eficiencia del transporte), incrementar su resistencia a las altas presiones y a las bajas temperaturas criogénicas, y mejorar la seguridad general de los sistemas.
- Para los gasoductos, la investigación se centra en dos frentes principales: el desarrollo de nuevas aleaciones de acero con mayor resistencia intrínseca a la fragilización por hidrógeno, y la aplicación de revestimientos internos (liners) protectores en tuberías existentes o nuevas. Estos liners, fabricados con polímeros u otros materiales compatibles con el hidrógeno, actúan como una barrera para impedir el contacto directo del hidrógeno con el acero de la tubería, permitiendo así el uso seguro de hidrógeno puro o en altas concentraciones en infraestructuras nuevas o reconvertidas.
- La nanotecnología también está emergiendo como un campo prometedor. Se investigan materiales nanoestructurados, como el grafeno o los nanotubos de carbono, por su potencial para mejorar la capacidad de adsorción y la cinética de desorción de hidrógeno en sistemas de almacenamiento en estado sólido, lo que podría llevar a sistemas más compactos y eficientes.
- OPTIMIZACIÓN DE PROCESOS DE LICUEFACCIÓN Y REGASIFICACIÓN:
- Dado el altísimo consumo energético del proceso de licuefacción del hidrógeno (que actualmente se sitúa entre el 30% y el 40% del poder calorífico inferior del propio hidrógeno) y los elevados costes de capital de las plantas de licuefacción, uno de los principales objetivos de la I+D es reducir drásticamente estas cifras. Esto incluye la investigación en nuevos ciclos de refrigeración más eficientes, la optimización de los componentes de las plantas (compresores, intercambiadores de calor) y la integración de procesos para minimizar las pérdidas energéticas.
- Para la minimización del fenómeno del boil-off durante el almacenamiento y transporte de LH2, se trabaja en varias líneas. Por un lado, en el desarrollo de mejores sistemas de aislamiento térmico pasivo (como el superaislamiento multicapa y el mantenimiento de un alto vacío en los tanques de doble pared). Por otro lado, y de forma cada vez más relevante, en sistemas activos de refrigeración o de relicuefacción del hidrógeno evaporado, ya sea a bordo de los buques o camiones, o en las terminales de almacenamiento (conocidas como tecnologías «Zero Boil-Off» – ZBO). Un ejemplo de estas tecnologías avanzadas es el sistema «Integrated Refrigeration and Storage (IRaS)», inspirado en desarrollos de la NASA, que utiliza refrigeración activa con helio para controlar la temperatura y la presión del LH2, permitiendo transferencias sin pérdidas y almacenamiento sin boil-off.
- AVANCES EN PORTADORES DE HIDRÓGENO (LOHC, AMONÍACO):
- LOHC (Portadores Orgánicos Líquidos de Hidrógeno): El foco de la innovación en los LOHC está en desarrollar catalizadores más eficientes, económicos (idealmente libres de metales nobles y críticos como el platino o el rutenio, o al menos con un contenido muy reducido de estos) y con una mayor vida útil para los ciclos de hidrogenación y, muy especialmente, para la deshidrogenación. Se busca que estos catalizadores permitan operar las reacciones a temperaturas más bajas (reduciendo así el consumo energético del proceso) y con mayores tasas de conversión de hidrógeno (superiores al 95%). También se estudia la estabilidad a largo plazo de los propios compuestos LOHC tras múltiples ciclos de carga y descarga, para minimizar su degradación y la necesidad de reposición.
- Amoníaco (NH3): En la ruta del amoníaco como vector de hidrógeno, la innovación se centra principalmente en mejorar la eficiencia y reducir los costes del proceso de cracking (descomposición) del amoníaco para producir hidrógeno de alta pureza, apto para su uso en pilas de combustible. Esto implica la investigación en catalizadores avanzados (basados en rutenio, níquel, hierro u otros metales menos costosos) que sean más activos y selectivos, y la optimización de las condiciones del proceso de cracking (temperatura, presión, diseño del reactor) para maximizar la conversión de amoníaco y minimizar la formación de subproductos no deseados.
- TECNOLOGÍAS EMERGENTES CON POTENCIAL DISRUPTIVO:
- Almacenamiento en Estado Sólido (Hidruros Metálicos, Materiales Adsorbentes): Estos materiales tienen la capacidad de almacenar hidrógeno de forma química (en el caso de los hidruros metálicos, donde el hidrógeno forma enlaces con el metal) o física (en el caso de materiales adsorbentes porosos, donde el hidrógeno se adhiere a la superficie del material). Ofrecen el potencial de alcanzar altas densidades de almacenamiento volumétrico de hidrógeno a presiones y temperaturas mucho más moderadas que el CGH2 o el LH2, lo que podría mejorar significativamente la seguridad y reducir los costes de los sistemas de almacenamiento y transporte. destaca la excelente seguridad y la alta capacidad de almacenamiento de los hidruros metálicos. Sin embargo, los principales desafíos para su comercialización a gran escala siguen siendo la cinética de carga y descarga de hidrógeno (que a menudo es lenta), el peso de los sistemas (especialmente en hidruros metálicos) y el coste de los materiales.
- Criocompresión: Esta tecnología busca combinar las ventajas de la licuefacción y la compresión, almacenando hidrógeno a temperaturas criogénicas (aunque no tan bajas como el LH2 convencional) pero a presiones más elevadas. El objetivo es aumentar la densidad del hidrógeno almacenado en comparación con el LH2 tradicional y reducir las pérdidas por boil-off, lo que podría ofrecer un equilibrio interesante entre densidad energética y complejidad del sistema.
PROYECTOS EMBLEMÁTICOS Y HOJA DE RUTA PARA EL HIDRÓGENO EN ESPAÑA Y EUROPA
La transición hacia una economía del hidrógeno no es solo una visión teórica o un conjunto de investigaciones de laboratorio; ya se están materializando proyectos de infraestructura a gran escala que servirán como precursores, bancos de prueba y ejemplos para las futuras redes de transporte de hidrógeno a nivel continental.
Estos proyectos, junto con las hojas de ruta estratégicas definidas a nivel nacional y europeo, están marcando la dirección y el ritmo de esta transformación energética.
- El Corredor de Hidrógeno H2Med:
- Objetivos y Trazado: El H2Med es un ambicioso proyecto transnacional diseñado para conectar las incipientes redes de hidrógeno de la Península Ibérica (Portugal y España) con Francia y, a través de ella, con el corazón industrial del noroeste de Europa, incluyendo Alemania. Su principal objetivo es facilitar el flujo de hidrógeno renovable desde las zonas de producción excedentaria del sur hacia los centros de consumo del norte, con una capacidad de transporte proyectada de 2 millones de toneladas de hidrógeno verde al año para el horizonte 2030.
- El proyecto H2Med comprende dos interconexiones principales:
- CelZa: Una conexión terrestre mediante un hidroducto entre Celorico da Beira en Portugal y Zamora en España.
- BarMar: Un gasoducto submarino que conectará Barcelona en España con Marsella en Francia, atravesando el Mediterráneo.
- Operadores e Impulsores: El proyecto está liderado por un consorcio de los principales Operadores de Sistemas de Transmisión (TSOs) de los países implicados: Enagás (España), REN (Portugal), GRTgaz y Teréga (Francia), contando además con OGE (Alemania) como socio asociado, lo que subraya la importancia estratégica del corredor para el suministro alemán.
- Estado Actual y Financiación: El H2Med ha sido designado por la Comisión Europea como un Proyecto de Interés Común (PCI). Este estatus es crucial, ya que facilita la agilización de los procesos de obtención de permisos y proporciona acceso preferente a mecanismos de financiación europeos, como el programa Connecting Europe Facility (CEF). De hecho, Enagás ya ha recibido una parte de los fondos CEF solicitados para la realización de los estudios técnicos y de viabilidad del corredor. Se espera que el H2Med esté plenamente operativo para el año 2030.
- La Iniciativa European Hydrogen Backbone (EHB):
- Visión Estratégica: La EHB es una iniciativa impulsada por un grupo de más de 30 operadores europeos de infraestructuras energéticas. Su visión es el desarrollo de una red paneuropea de transporte de hidrógeno que alcanzaría una longitud de casi 53.000 kilómetros para el año 2040. Esta red estaría diseñada para conectar los principales clústeres industriales, los puertos de importación/exportación y los emergentes «valles de hidrógeno» (zonas de producción y consumo integrado) a lo largo de todo el continente. Se prevé una fase inicial con el desarrollo de cinco grandes corredores de suministro e importación para 2030.
- Reutilización Inteligente de Infraestructura Existente: Un aspecto fundamental de la visión de la EHB es que una parte significativa de esta futura red de hidrógeno (se estima que aproximadamente el 60% de la red para 2040) se basaría en la reconversión y adaptación de gasoductos de gas natural ya existentes. Esta estrategia de «repurposing» podría reducir los costes de construcción de la red en hasta un 80% en comparación con la construcción de tuberías completamente nuevas, además de acelerar los tiempos de despliegue y minimizar el impacto ambiental y social.
- Estimaciones de Inversión: El coste total para el desarrollo completo del European Hydrogen Backbone se estima en un rango que va desde los 80.000 millones hasta los 143.000 millones de euros para el horizonte 2040. Aunque es una cifra considerable, se argumenta que esta inversión es necesaria para alcanzar los objetivos de neutralidad climática de Europa.
- Objetivo Principal: La EHB tiene como meta facilitar la creación de un mercado europeo de hidrógeno líquido, competitivo y transfronterizo, mejorar la seguridad de suministro energético de la UE, y acelerar la descarbonización de la industria y otros sectores difíciles de abatir.
- Hoja de Ruta del Hidrógeno en España y el Papel de la AeH2:
- Objetivos Nacionales (establecidos en la Hoja de Ruta del Hidrógeno y el PNIEC): España, como hemos adelantado, tiene una estrategia nacional muy ambiciosa para el desarrollo del hidrógeno renovable. Los objetivos clave para 2030 incluyen la instalación de al menos 4 GW de potencia de electrolizadores (cifra que ha sido revisada al alza hasta los 11 GW en la propuesta de actualización del PNIEC), lograr que un mínimo del 25% del hidrógeno consumido por la industria sea de origen renovable, y el despliegue de una flota significativa de vehículos de hidrógeno (se habla de 150 autobuses y entre 5.000 y 7.500 vehículos ligeros y pesados) apoyada por una red de entre 100 y 150 hidrogeneras de acceso público. La inversión total estimada para alcanzar estos objetivos se cifra en unos 8.900 millones de euros.
- Censo de Proyectos de la AeH2 (Asociación Española del Hidrógeno): La AeH2, como principal representante del sector del hidrógeno en España, realiza un seguimiento exhaustivo de los proyectos en desarrollo. Su último censo (con datos a julio de 2023) identificó 123 proyectos de hidrógeno en España que abarcan toda la cadena de valor, desde la producción hasta los usos finales. La inversión total prevista asociada a estos proyectos hasta 2030 asciende a unos 21.000 millones de euros, una cifra que supera ampliamente las estimaciones iniciales de la Hoja de Ruta del Hidrógeno. De esta inversión, se prevé que el 72% se destine a la producción de hidrógeno renovable y un 14% a su distribución y transporte.
- Desafío Particular en el Sector de la Movilidad: A pesar del optimismo general, el censo de la AeH2 también pone de manifiesto algunos desajustes. Aunque el 56% de los proyectos de hidrógeno relacionados con la movilidad se centran en el transporte por carretera, el número de estaciones de repostaje de hidrógeno (hidrogeneras) actualmente proyectadas (21 de acceso público según , y un total de 34 incluyendo las privadas según ) está todavía significativamente por debajo de los objetivos marcados en la Hoja de Ruta del Hidrógeno. Esto indica una brecha importante que necesita ser cerrada para no obstaculizar la adopción de vehículos de pila de combustible en España.
MARCO REGULATORIO Y POLÍTICAS DE IMPULSO: FACILITANDO LA EXPANSIÓN DEL TRANSPORTE DE HIDRÓGENO
Un marco regulatorio claro, coherente, estable y favorable es absolutamente esencial para atraer las masivas inversiones necesarias y para coordinar el complejo desarrollo de la infraestructura de transporte de hidrógeno tanto a nivel nacional en España como en el conjunto de la Unión Europea.
Las políticas adecuadas, que combinen incentivos, obligaciones y estándares técnicos, pueden acelerar la innovación, facilitar la creación de un mercado funcional, garantizar la seguridad de las operaciones y proteger el medio ambiente.
- Regulación Europea Clave que Modela el Sector:
- Paquete de Descarbonización de Gas e Hidrógeno (Hydrogen and Gas Markets Decarbonisation Package): Este importante paquete legislativo, que entró en vigor formalmente en 2024, establece un conjunto de normas comunes para los mercados interiores de gases renovables (incluyendo el hidrógeno), gas natural e hidrógeno. Cubre aspectos cruciales como el acceso no discriminatorio a la infraestructura de hidrógeno, la planificación integrada de las redes, la separación de actividades entre operadores de red y suministradores, y la certificación de gases bajos en carbono. Sus disposiciones comenzarán a ser efectivas a partir de febrero de 2025, y los Estados miembros de la UE disponen de un plazo hasta agosto de 2026 para transponer la directiva asociada a sus legislaciones nacionales.
- Directiva de Energías Renovables (RED III): Esta directiva revisada, que entró en vigor en noviembre de 2023 (aunque su plena aplicación y los actos delegados asociados pueden tener cronogramas específicos), es fundamental para impulsar la demanda de hidrógeno renovable. Establece objetivos vinculantes para el consumo de hidrógeno renovable (clasificado como RFNBO – Combustibles Renovables de Origen No Biológico) en sectores clave. Para la industria, el objetivo es que el 42% del hidrógeno consumido sea RFNBO para 2030, aumentando al 60% para 2035. Para el sector del transporte, se establece un subobjetivo de que al menos el 1% de la energía final consumida provenga de RFNBOs para 2030. La directiva también define los criterios que debe cumplir el hidrógeno para ser considerado RFNBO, incluyendo aspectos como la adicionalidad de la energía renovable utilizada para su producción.
- Reglamento de Infraestructura para Combustibles Alternativos (AFIR): Adoptado en julio de 2023, este reglamento tiene como objetivo principal garantizar la disponibilidad de una infraestructura de repostaje y recarga suficiente y homogénea para los combustibles alternativos en toda la Unión Europea, incluyendo de manera destacada el hidrógeno. Para el hidrógeno, esto implica el despliegue coordinado de estaciones de repostaje (hidrogeneras) en los principales nodos urbanos y a lo largo de los corredores de la red transeuropea de transporte (RTE-T), con una distancia máxima de 200 km entre ellas en la red básica.
- Plan REPowerEU: Anunciado por la Comisión Europea en mayo de 2022 como respuesta a la crisis energética y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos, este plan busca acelerar drásticamente la transición energética en Europa. Incluye objetivos muy ambiciosos para el hidrógeno renovable, como alcanzar una producción doméstica de 10 millones de toneladas y la importación de otros 10 millones de toneladas para el año 2030.
- Normativa Española y su Adaptación al Nuevo Paradigma del Hidrógeno:
- Hoja de Ruta del Hidrógeno y Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC): Estos dos documentos clave establecen la estrategia nacional y los objetivos específicos de España para el desarrollo del hidrógeno renovable en todos los eslabones de su cadena de valor, incluyendo el transporte y la distribución.
- Desarrollo Legislativo y Regulatorio (MITECO, CNMC, BOE): El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) es el organismo que lidera la política de hidrógeno en España. Actualmente, se está trabajando intensamente en el desarrollo y la adaptación de la regulación existente para cubrir las especificidades del hidrógeno, lo que incluye normativas técnicas para el transporte de hidrógeno por gasoducto (tanto en tuberías dedicadas como en mezcla con gas natural), el almacenamiento subterráneo de hidrógeno, la seguridad de las instalaciones de producción y manejo de hidrógeno, las especificaciones técnicas y de seguridad para las hidrogeneras, y el sistema de Garantías de Origen (GdO) para los gases renovables, que permite certificar el origen renovable del hidrógeno. La Orden TED/1026/2022, por ejemplo, aprueba el procedimiento de gestión del sistema de GdO para gases de origen renovable. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también juega un papel crucial en la regulación del acceso a las redes y la supervisión del mercado.
- Seguridad en Gasoductos y Transporte de Hidrógeno: Un informe de PSTrust (aunque enfocado en el contexto de EE.UU., sus recomendaciones son de relevancia general) destaca la necesidad de proceder con gran cautela al considerar el transporte de hidrógeno a través de tuberías, especialmente las de gas natural existentes que se pretendan reconvertir. Aboga por la implementación de regulaciones muy estrictas sobre la ubicación de estas tuberías (manteniendo distancias de seguridad adecuadas respecto a zonas pobladas), la evaluación rigurosa de su integridad estructural y la realización de pruebas exhaustivas antes de su puesta en servicio con hidrógeno. También recomienda la prohibición de la mezcla de hidrógeno en los sistemas de distribución de gas que sirven directamente a hogares y edificios comerciales, debido a los riesgos de seguridad asociados a los aparatos de consumo no adaptados.
- PERTE ERHA (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento): Este PERTE es un instrumento fundamental del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, que canaliza una parte importante de los fondos europeos NextGenerationEU para impulsar proyectos innovadores y estratégicos en toda la cadena de valor del hidrógeno renovable, incluyendo el desarrollo de infraestructuras de transporte y distribución.
La innovación tecnológica en el ámbito del transporte de hidrógeno está siendo fuertemente impulsada por la imperiosa necesidad de reducir los costes globales y mejorar la eficiencia energética de todo el ciclo, desde la producción del hidrógeno hasta su entrega y uso final. Actualmente, el coste del hidrógeno verde, sumado a los costes de su transporte y distribución, sigue siendo una barrera importante para su adopción masiva en muchos sectores.
Procesos clave como la licuefacción del hidrógeno o los ciclos de conversión y reconversión de portadores químicos como el amoníaco o los LOHC conllevan pérdidas energéticas significativas que merman la eficiencia global del sistema. Por esta razón, una gran parte de los esfuerzos de I+D se enfocan en mejorar la eficiencia de estos procesos de acondicionamiento y conversión , así como en encontrar materiales más baratos, duraderos y eficientes para la construcción de contenedores, tuberías y, de manera crítica, para los catalizadores utilizados en las reacciones de conversión de portadores.
El objetivo final de toda esta actividad innovadora es reducir el «coste entregado» del hidrógeno en el punto de consumo, haciéndolo económicamente viable y competitivo para una amplia gama de aplicaciones industriales y de movilidad.
Los proyectos emblemáticos de infraestructura de hidrógeno, como el corredor H2Med y la iniciativa European Hydrogen Backbone, no deben ser vistos únicamente como meras obras de ingeniería para el transporte de un gas. Su importancia va mucho más allá: actúan como «creadores de mercado» y como valiosísimas plataformas de aprendizaje a gran escala.
El desarrollo y la puesta en marcha de estos proyectos demuestran el compromiso político con la economía del hidrógeno y validan la viabilidad técnica del transporte de este vector energético a gran escala. Al ser los primeros de su tipo en muchos aspectos, estos proyectos inevitablemente enfrentarán y resolverán una multitud de desafíos técnicos, regulatorios, financieros y sociales. Las lecciones aprendidas de estos «first-movers» (pioneros) serán fundamentales para reducir los riesgos y optimizar el diseño y la ejecución de futuras inversiones en infraestructuras de hidrógeno.
Además, al conectar regiones de producción con centros de consumo, estos corredores crearán los primeros nodos de oferta y demanda, fomentando el desarrollo de un mercado de hidrógeno más líquido y transparente. Su construcción y operación también actuarán como un importante estímulo para toda la cadena de suministro de equipos, materiales y servicios especializados relacionados con el hidrógeno.
Finalmente, observamos una tensión dinámica y necesaria entre la regulación de carácter «habilitador», que busca activamente fomentar el desarrollo del mercado del hidrógeno (por ejemplo, mediante el establecimiento de objetivos de consumo como los de la Directiva RED III, o la provisión de financiación para Proyectos de Interés Común como H2Med ), y la regulación de carácter «precautorio», que es indispensable para garantizar la seguridad de las operaciones, la protección del medio ambiente y la salud pública (por ejemplo, a través de normativas estrictas sobre la seguridad de los gasoductos de hidrógeno , o la gestión de la toxicidad del amoníaco ).
Encontrar el equilibrio adecuado entre estos dos tipos de regulación es crucial. Una regulación habilitadora demasiado laxa en cuanto a seguridad podría llevar a accidentes, erosionando la confianza pública en el hidrógeno y frenando su adopción. Por otro lado, una regulación precautoria excesivamente estricta o desproporcionada podría ahogar la innovación, encarecer injustificadamente los proyectos o retrasar indebidamente su implementación.
Por tanto, se necesita un diálogo continuo, transparente y basado en la evidencia científica y técnica entre los reguladores, la industria, los centros de investigación y los expertos en seguridad para desarrollar un marco normativo que sea, a la vez, promotor del desarrollo del hidrógeno y protector de los intereses públicos.
CONCLUSIONES SOBRE EL TRANSPORTE DEL HIDRÓGENO (H2)
Hemos recorrido un camino exhaustivo analizando las múltiples facetas del transporte de hidrógeno, un eslabón que consideramos absolutamente crítico para desbloquear el potencial del hidrógeno como pilar de la futura economía descarbonizada.
Queda claro que no existe una solución única; la diversidad de métodos, desde los robustos gasoductos hasta los versátiles camiones y los emergentes portadores químicos como el amoníaco y los LOHC, refleja la complejidad y la amplitud de las necesidades energéticas que el hidrógeno está llamado a cubrir.
Cada tecnología presenta un balance particular de costes, eficiencia, madurez y aplicabilidad según la distancia y el volumen, lo que nos lleva a anticipar un ecosistema de transporte multimodal y complementario.
Los desafíos son significativos y no deben subestimarse.
la necesidad de inversiones masivas en nueva infraestructura y en la adaptación de la existente, la gestión rigurosa de la seguridad en toda la cadena de valor (desde la fragilización por hidrógeno en tuberías hasta el manejo de sustancias criogénicas o tóxicas), y la garantía de una pureza del hidrógeno que cumpla con los exigentes estándares de las aplicaciones finales, especialmente las pilas de combustible.
Sin embargo, el potencial de innovación es igualmente vasto. Los avances en materiales, en la optimización de procesos de conversión como la licuefacción o el cracking de amoníaco, y en el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento y transporte, están abriendo continuamente nuevas vías para mejorar la eficiencia y reducir los costes.
Mirando hacia el futuro, visualizamos que el desarrollo coordinado de estas infraestructuras de transporte, impulsado por proyectos estratégicos como H2Med y el European Hydrogen Backbone y soportado por un marco regulatorio claro y ambicioso, será el catalizador que impulse la transición energética a una nueva fase.
Esta red no solo permitirá el flujo de energía limpia a través de regiones y países, sino que también fomentará la creación de nuevos mercados, la innovación industrial y la seguridad energética.
EN_PRO está comprometida con esta transición, y por ello buscamos las mejores soluciones de software de gestión energética, plataformas SAAS especializadas y productos industriales están diseñados para ayudar a los profesionales y a las empresas como la suya a navegar este nuevo panorama, optimizando sus operaciones, gestionando eficientemente sus recursos energéticos y capitalizando las oportunidades que emergen en la vibrante economía del hidrógeno.
MÁS INFORMACIÓN DE UTILIDAD SOBRE EL HIDROGENO VERDE
MAS RECURSOS Y MEDIOS CONSULTADOS PARA CONOCER MÁS SOBRE EL TRANSPORTE DE HIDRÓGENO
- Repsol – Hidrógeno Renovable: Define qué es el hidrógeno renovable y su importancia en la descarbonización. Aporta contexto básico al artículo. https://www.repsol.com/es/tecnologia-digitalizacion/technology-lab/reduccion-emisiones/hidrogeno-renovable/index.cshtml
- Plan de Recuperación Gobierno de España – Hidrógeno Verde: Detalla la estrategia de España y el potencial del hidrógeno verde, relevante para el contexto nacional. https://planderecuperacion.gob.es/noticias/que-es-hidrogeno-verde-beneficios-impacto-espana-prtr
- Parlamento Europeo – Ventajas del Hidrógeno Renovable para Europa: Ofrece la perspectiva europea sobre los beneficios y la estrategia del hidrógeno.(https://www.europarl.europa.eu/topics/es/article/20210512STO04004/hidrogeno-renovable-que-ventajas-tiene-para-europa)
- IRENA – Hydrogen Overview: Proporciona una visión global de los desafíos y el estado del hidrógeno por una autoridad internacional.(https://www.irena.org/Energy-Transition/Technology/Hydrogen)
- MITECO – Hoja de Ruta del Hidrógeno: Documento oficial clave que establece la estrategia española para el hidrógeno renovable, incluyendo aspectos de transporte.(https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/energia/files-1/es-es/Novedades/Documents/hoja_de_ruta_del_hidrogeno.pdf)
- Eman Ingeniería – Transporte del Hidrógeno: Compara diferentes métodos de transporte (marítimo, carretera, tubería) de forma concisa. https://emaningenieria.com/transporte-del-hidrogeno-maritimo-carretera-o-tuberia/
- Duro Felguera – El Hidrógeno y su Almacenamiento: Detalla métodos de transporte y almacenamiento, incluyendo portadores como amoníaco y LOHC.(https://www.durofelguera.com/wp-content/uploads/2023/03/EL-HIDROGENO-Y-SU-ALMACENAMIENTO.pdf)
- AeH2 – Censo de Proyectos de Hidrógeno en España: Ofrece una visión actualizada de los proyectos de hidrógeno en desarrollo en España. https://hidrogeno-verde.es/aeh2-censo-proyectos-espana/
- Hydrogen Europe – Tech Overview: Hydrogen Transport & Distribution: Documento técnico que compara el transporte en camión de gas comprimido vs. líquido.(https://hydrogeneurope.eu/wp-content/uploads/2021/11/Tech-Overview_Hydrogen-Transport-Distribution.pdf)
- Comisión Europea – Hydrogen Policy Framework: Describe el marco político de la UE para el hidrógeno, incluyendo objetivos y regulaciones. https://energy.ec.europa.eu/topics/eus-energy-system/hydrogen_en
- JRC Science Hub – Assessment of Hydrogen Delivery Options: Estudio de la Comisión Europea que compara costes de diferentes opciones de transporte de hidrógeno (gasoducto, LH2, NH3, LOHC). https://ec.europa.eu/jrc/sites/default/files/jrc124206_assessment_of_hydrogen_delivery_options.pdf
- ANZ – Hydrogen Transportation Report: Informe que analiza costes y viabilidad de diferentes métodos de transporte de hidrógeno. https://www.anz.com/content/dam/anzcom/pdf/institutional/reports/hydrogen-transportation.pdf
- ResearchGate – Technology Readiness Level of Hydrogen Storage for Transport: Artículo de revisión sobre el TRL de tecnologías de almacenamiento (y por extensión, transporte) de hidrógeno.(https://www.researchgate.net/publication/376448823_Technology_readiness_level_of_hydrogen_storage_technologies_for_transport)
- UGent – Hydrogen Embrittlement Mitigation in Pipelines: Revisión técnica sobre la fragilización por hidrógeno en gasoductos y estrategias de mitigación. [https://backoffice.biblio.ugent.be/download/01J5MXW5EQWKE4KHDX3CE64KE9/01J5MXW9YBHCBR